... La ida era Amstrong con epo y motor, la vuelta estoy seguro que me pasó gente caminando.
Mi comentario no es de ropa, capaz que ya lo conté antes... pero el público se renueva, y yo también fui Armstrong por un ratito
Hace muchísimos años entrenaba con intención de correr en novicios, bici de ruta obviamente, el mountain no existía todavía.
Los veteranos que en su juventud habían corrido o practicado ciclismo y a los que consultábamos en los barrios, recomendaban como parte importante del entrenamiento el "molinillo", fundamental para agarrar "vuelta de pierna" (no se hablaba de cadencia por ese entonces).
El tal molinillo se practicaba con piñón fijo, así que puse un piñón fijo en una masa común medio asegurado con una contratuerca de eje de centro que tiene el mismo pase de rosca y empecé a andar creyendo que entrenaba.
Como al mes subo a los accesos y arranco con destino a Stgo. Vázquez, y volaba, y me empecé a repetir "ahora si que me hizo efecto el entrenamiento", y me entré a dar manija y a más manija más pedal, y seguía devorando kmts. a puro piñon fijo.
Eran tantas las ganas de agarrar estado como para largar una carrera que en ningún momento pensé que podía haber una causa climatológica, la idea era como el piñón, fija, "pahhhh, ahora síiiii!!!", "esto es lo que me faltaba..." "ya estoy prontooooo".
Cuando llegué a Stgo. Vázquez y dí vuelta en la cabecera del viejo puente de la barra me di cuenta de lo tarado que había sido, que había llegado hasta ahí en ancas de cuasi un ciclón extratropical, y que el regreso iba a ser muy difícil.
Y lo fué, agotado físicamente por habérmela creído y pedalear como un enajenado, con el viento en contra, en una bici con piñón fijo, y con el orgullo destrozado por el aterrizaje forzoso con la realidad de mi estado físico, el regreso fue muy penoso.
Humillado como me sentía, creo que llegué a entonar las estrofas de aquel tango que dicen... "vuelvo vencido a la casita de los viejos..."
Salú' (ahora más que nunca) la barra!!!